Formas divertidas de aprender matemáticas
- Imagen: -Para
numerosos estudiantes las matemáticas son difíciles de aprender,
aburridas e, incluso, de poca utilidad. Sin embargo, operar con números
puede llegar a ser una experiencia divertida y entretenida, tan sólo hay
que dar un enfoque diferente al tradicional. Aplicar las matemáticas a
los usos de la vida diaria para facilitar su comprensión, organizar
competiciones, jugar con pasatiempos numerales o utilizar como los puzzles o tangrams chinos son algunas de las actividades que
se pueden llevar a cabo para que los alumnos descubran las virtudes de
esta materia.
Motivar,
innovar y crear un contexto lúdico y práctico para el aprendizaje es
una de las mejores formas de incrementar el interés de un alumno por una
asignatura. Aplicar estas tácticas a las matemáticas, consideradas por
muchos aburridas o difíciles,
permite que los más jóvenes aprendan de una forma divertida y dinámica,
a la vez que desarrollan capacidades y competencias que forman parte de
los objetivos académicos.
Cada día se deben resolver problemas numerales en multitud de situaciones
Las matemáticas aplicadas en el contexto de las actividades cotidianas
permiten la mejora de la comprensión del estudiante de conceptos que, de
otro modo, son difíciles de asimilar y entender. Cada día se deben
resolver problemas numerales en multitud de situaciones. La habilidad
consiste en fomentar el uso del pensamiento matemático sin que el alumno
lo perciba como una actividad académica. Éstas son algunas de las
oportunidades en las que se le puede inducir al uso y práctica de las
habilidades con los números:
En la compra: pedirle que busque un producto con el
precio más bajo para repasar los conceptos de mayor y menor, que compre
un número de manzanas suficiente para que cada miembro de la familia
pueda comer dos durante la semana -así aplicará la multiplicación- o
enseñarle a calcular los descuentos marcados para aprender más de los
porcentajes son algunos ejemplos de las operaciones matemáticas que se
pueden resolver en este contexto.
En la cocina: al elaborar una receta, el niño puede
ayudar en las tareas de medición o peso de los ingredientes. Incluso se
le puede pedir que utilice un sistema de conversión de medidas. Para
repasar y entender las fracciones, una buena idea es permitirle que
corte él mismo las porciones de una tarta, bizcocho o pizza.
Se puede calcular con el niño la vuelta que deben darle o contar las monedas o billetes que tiene que entregar para adquirir un producto.
Con el dinero:
calcular la vuelta que deben darle de una compra o contar las monedas o
billetes que tiene que entregar para adquirir un producto son algunos
de los actos cotidianos más comunes para que los jóvenes pongan en
práctica sus conocimientos matemáticos.
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